Cada uno de nosotros tiene una lista de personas en su vida con las que sabe que puede contar. Y para la mayoría, si no es que para todos , es bastante corta, y no se debe a que no seamos amorosos ni amistosos ni nos ocupemos de los demás. Es porque la mayoría de nuestras relaciones existen para servirnos. Cuando llamas a un amigo para ir al cine o para que venga a tu casa a ver un partido, no lo haces por ellos; lo haces por ti. Es cierto, quizá ellos se diviertan en el proceso, pero ese no suele ser el objetivo. Esto es así porque en lugar de buscar personas a quienes dar, nos enfocamos en buscar a personas que puedan darnos. Así, cuando llamamos a nuestros amigos buscando a alguien con quien pasar el rato, no somos mejores que un operador de venta telefónica que nos llama durante la cena. Un vendedor telefónico quiere algo de nosotros; nosotros queremos algo de nuestros amigos. De esta forma acabamos limitándonos a nosotros mismos pasando la mayoría de nuestro tiempo con per...